Deudas y Morosidad
La morosidad en nuestro país es una realidad cada vez más presente y cotidiana, ¿que empresa no ha tenido una situación de impagos o quien no ha sido indebidamente incluido en un fichero de morosos? O bien, por avalar a un hijo o familiar se ha visto en un proceso de ejecución en el que se le exige la totalidad de la deuda contraída.
Hay varias formas de solucionar estos incomodos incidentes, como así les asesoraran los abogados del despacho.
Por un lado, cabe intentar el cobro extrajudicial, a través de un requerimiento fehaciente de pago, con una propuesta detallada del importe total del mismo, y posibles fraccionamientos que faciliten su ingreso. Sería necesario en este caso el establecer un acuerdo de pago, en el que se reconoce la deuda y se concretan la forma y cuota a pagar.
Aun así, puede ser que no se tenga éxito debido a la reticencia al pago de algunos deudores, o por reales problemas de liquidez, lo que nos obligaría a acudir a la vía judicial a través de la que obtendremos una resolución en el juicio propio del caso concreto, pudiendo ser, un juicio verbal, un juicio monitorio, un juicio cambiario o un juicio declarativo, que nos proporcionaran el título ejecutivo necesario para hacer efectiva la reclamación solicitada.
Pero, aun así, puede que no se logre su cobro de inmediato, no por ello vamos a desesperar, pues aún nos queda un recurso efectivo a la vez que adecuado a nuestros intereses, que son el cobrar y satisfacer a nuestro cliente con el resarcimiento de un trabajo bien hecho, seria, por tanto, el embargo de los bienes del deudor.
Es fundamental para iniciar todo proceso de cobro el recopilar toda aquella información relativa a nuestra pretensión, así, presupuesto aceptado, facturas impagadas, albaranes, cheques o letras de cambio devueltas … y poder analizar la viabilidad de la pretensión por nuestros abogados.